Las láminas numéricas son recursos ideales para trabajar la grafía de los números en el aula, en el consultorio o en casa. Con ellas los/as niños/as pueden aprender a dibujar cada uno de los números de forma divertida.
Los números tienen formas de calles, de montaña rusa y hasta de viaje espacial, y los trazados van formando un recorrido muy entretenido.
Al estar plastificadas, se pueden usar con marcador para pizarra, ya que luego se borra fácilmente con un paño de tela o borrador.
También se pueden recorrer con su juguete preferido: un autito, un camioncito, una avioneta, o caminando el recorrido con algún personaje. Las señales de tránsito van guiando el camino para llegar al destino: habrá curvas, señales de "PARE", cambios de dirección bruscos, e incluso saltos, en los que hay que levantar el marcador o el juguete e iniciar desde un segundo punto.
Las láminas tienen el típico tamaño A4, o sea, 21 cm de ancho y 29,7 cm de alto, de modo que se pueden llevar en cualquier carpeta o cuadernillo. Entran fácilmente en cualquier mochila.
Es muy importante destacar que cada lámina tiene una sección especial en el reverso, en la que los/as niños/as deberán repetir la grafía de los números en los renglones, pero disminuyendo progresivamente el tamaño. En el último renglón, el tamaño utilizado es el mismo que se usa generalmente en el cuaderno de clase.
Los números han sido dibujados siguiendo, en parte, la técnica "Handwriting Without Tears" de Jan Olsen. Están planteados con la forma que habitualmente los dibujamos en el pizarrón o en una hoja (y no como aparecen en la mayoría de tipos de letra de la computadora). El número siete tiene la rayita horizontal en el medio (tan importante para diferenciarlo del número uno), el número nueve tiene el palito vertical recto, mientras que el número seis lo tiene en forma de rulito, de modo que resulta difícil confundirlos.
El aprendizaje del grafismo de los números puede ser un gran desafío para algunas personas. Esto no resulta extraño, ya que en la adquisición de los mismos intervienen la memoria, las habilidades visoespaciales, la atención, entre otras funciones cognitivas básicas.
Este recurso presta una ayuda importantísima para atravesar el proceso de aprender la escritura de los números sin grandes complicaciones, al tiempo que le agrega el componente lúdico.
Las láminas numéricas son recursos ideales para trabajar la grafía de los números en el aula, en el consultorio o en casa. Con ellas los/as niños/as pueden aprender a dibujar cada uno de los números de forma divertida.
Los números tienen formas de calles, de montaña rusa y hasta de viaje espacial, y los trazados van formando un recorrido muy entretenido.
Al estar plastificadas, se pueden usar con marcador para pizarra, ya que luego se borra fácilmente con un paño de tela o borrador.
También se pueden recorrer con su juguete preferido: un autito, un camioncito, una avioneta, o caminando el recorrido con algún personaje. Las señales de tránsito van guiando el camino para llegar al destino: habrá curvas, señales de "PARE", cambios de dirección bruscos, e incluso saltos, en los que hay que levantar el marcador o el juguete e iniciar desde un segundo punto.
Las láminas tienen el típico tamaño A4, o sea, 21 cm de ancho y 29,7 cm de alto, de modo que se pueden llevar en cualquier carpeta o cuadernillo. Entran fácilmente en cualquier mochila.
Es muy importante destacar que cada lámina tiene una sección especial en el reverso, en la que los/as niños/as deberán repetir la grafía de los números en los renglones, pero disminuyendo progresivamente el tamaño. En el último renglón, el tamaño utilizado es el mismo que se usa generalmente en el cuaderno de clase.
Los números han sido dibujados siguiendo, en parte, la técnica "Handwriting Without Tears" de Jan Olsen. Están planteados con la forma que habitualmente los dibujamos en el pizarrón o en una hoja (y no como aparecen en la mayoría de tipos de letra de la computadora). El número siete tiene la rayita horizontal en el medio (tan importante para diferenciarlo del número uno), el número nueve tiene el palito vertical recto, mientras que el número seis lo tiene en forma de rulito, de modo que resulta difícil confundirlos.
El aprendizaje del grafismo de los números puede ser un gran desafío para algunas personas. Esto no resulta extraño, ya que en la adquisición de los mismos intervienen la memoria, las habilidades visoespaciales, la atención, entre otras funciones cognitivas básicas.
Este recurso presta una ayuda importantísima para atravesar el proceso de aprender la escritura de los números sin grandes complicaciones, al tiempo que le agrega el componente lúdico.
